El cuidado que das a los demás
es el reflejo del cuidado
que te das a ti mismo.

10 hábitos saludables para conseguir tu objetivo

1. Sigue una dieta saludable y equilibrada

La dieta juega un papel importante en el desarrollo y evolución de la enfermedad. Los hábitos saludables alimentarios están siendo objeto de debate en los últimos años por su potencial contribución en el proceso inflamatorio. Una dieta saludable, variable y equilibrada aporta al organismo los nutrientes suficientes para su correcto funcionamiento.

Come abundantes verduras, hortalizas frescas, fruta de temporada y legumbres junto con pescado fresco. Evita al máximo consumir productos que contengan grasas saturadas y azúcares, tales como la bollería industrial, comidas precocinadas o zumos envasados.

En los últimos estudios publicados se ha visto que determinadas colonias bacterianas de la flora intestinal pueden tener efectos sobre la inmunidad. Ciertos alimentos como el miso, el té Kombucha, las microalgas, el yogur y el chocolate negro podrían contribuir al buen estado de la flora intestinal.

2. Controla tu peso

Aunque el mecanismo no está claro, diferentes estudios sugieren un efecto causal del aumento del índice de masa corporal en la EM y hablan de un posible papel inflamatorio de este. Además, la obesidad es un factor de riesgo cardiovascular. La Organización Mundial de la Salud recomienda equilibrar nuestro peso corporal con el fin de disminuir el riesgo de sufrir problemas de salud como la diabetes, hipertensión y otras enfermedades cardiovasculares.

Una reducción en el peso corporal se asocia también a mejoras en la fatiga, síntoma muy frecuente en la esclerosis múltiple.

3. Disminuye el consumo de sal

Hay investigadores que asocian el consumo de sal en la dieta con un incremento en la actividad de la enfermedad. También se asocia a numerosos problemas de salud como la hipertensión, alteraciones cardíacas, retención de líquidos…

Puedes optar por añadir hierbas o especias para condimentar tus comidas (pimienta, ajo en polvo, comino, azafrán…) o bien sal dietética con bajo contenido en sodio. Recuerda que los embutidos, productos precocinados y alimentos para picar acostumbran a tener un alto contenido en sal.

4. Duerme las horas suficientes

El sueño interviene en la restauración del sistema nervioso central y nos permite restablecer funciones físicas y psicológicas. Si no descansamos bien experimentaremos un incremento en la fatiga, somnolencia durante el día, disminución del rendimiento físico y mental.

Si tienes problemas para dormir, y quieres conseguir un estilo de vida saludable, evita el consumo de bebidas o alimentos estimulantes, realiza actividades relajantes antes de ir a dormir y toma algún alimento que te facilite el sueño.

5. Intenta disminuir el estrés

En estudios con modelos animales y en observaciones clínicas con seres humanos se ha demostrado que las hormonas del estrés modifican el funcionamiento del sistema inmune. Para evitarlo, debes integrar en tu rutina diaria actividades que puedan ayudar a relajarte: ejercicios de respiración, meditación, pintar mandalas o escuchar música.

6. Realiza actividad física regularmente

Casi cualquier tipo de actividad física regular impacta positivamente sobre la evolución de la enfermedad, la discapacidad y algunos síntomas como la fatiga. Además, la actividad física, entre otros hábitos saludables, es fundamental para prevenir el sobrepeso y las enfermedades cardiovasculares.

Practica ejercicio físico de intensidad leve-moderada, como, por ejemplo, pasear entre 30 y 60 minutos, al menos tres días por semana.

7. Evita el consumo de tabaco

Existen numerosos estudios que demuestran que el hábito de fumar incrementa el riesgo de EM y afecta la progresión de la enfermedad. Las personas con EM fumadoras acumulan mayor discapacidad en un periodo más corto de tiempo respecto a las no fumadoras y dejar de fumar tiene un efecto beneficioso para la enfermedad. Además, está demostrado que los tratamientos modificadores de la enfermedad en las personas son menos efectivos en las personas que fuman.

En el artículo Dejar de fumar con esclerosis múltiple: 10 consejos prácticos encontrarás estrategias para dejar de fumar.

8. Exponte diariamente al sol

La exposición al sol protege ante las recaídas de EM. Aunque se necesitan más investigaciones, son muchas las que coinciden en que la luz solar puede influir en el sistema inmune. Además, los rayos de sol ayudan al ritmo circadiano.

Si practicas ejercicio al aire libre durante las horas de exposición solar, además de mejorar tu estado físico, experimentarás mejoras en la calidad del sueño dado que el sol aumenta los niveles de melatonina.

9. Ejercita tu mente y mejora tu estilo de vida saludable

Trabajar las habilidades mentales puede prevenir el deterioro cognitivo en la evolución de la esclerosis múltiple. Lee, haz crucigramas o haz ejercicios de cálculo. En resumen, mantén entrenado tu cerebro.

10. Intenta estar de buen humor

El humor es una buena herramienta para gestionar el estrés, mejorar el bienestar psicológico y la salud general. Tener un estilo de vida saludable te ayudará a estar de buen humor. Realizar actividad física, una correcta alimentación, un descanso reparador, disminuir el estrés y pasar tiempo con tus amigos son puntos clave para conseguirlo.